lunes, 23 de noviembre de 2009

HOLA MILITO

Pablo Orleans | 19 meses de espera, dolor, sufrimiento, recuperación, tardes en la grada, nostalgias del olor al verde césped y recuerdos de una noche de gloria en el Camp Nou. 19 meses sin charlas de vestuario, apariciones en pizarras, sudor, duchas conjuntas, recibimientos y despedidas, entrevistas, ruedas de prensa y tantas otras cosas que tras año y medio en el dique seco un jugador añora, desea revivir y trabaja para volver a sentirlo.

Gabriel Milito, argentino y eterno lesionado.
Gaby Milito, jugador argentino de 29 años de edad, natal de Bs. As. y central del F.C. Barcelona llegaba a la ciudad Condal proveniente de un Real Zaragoza que se hizo con sus servicios tras el varapalo que le ocasionó el rechazo del Real Madrid en el verano de 2003 por el mal estado de su rodilla derecha. Cuatro años pasó en la capital mundial del cierzo en la que capitaneó a un conjunto que logró en el año 2004 una Copa del Rey y una Supercopa de España: gloriosos años en Zaragoza.
Tras cuatro años a un altísimo nivel, el Barça puso su atención en el jugador argentino previamente rechazado por el Madrid. Jugó la primera temporada a un alto nivel en la que El Mariscal se hizo con la titularidad y aseguró la zaga azulgrana con una combinación de poderío físico y una calidad técnica inusual. Todo iba bien hasta la maldita fecha.



El 19 de abril de 2008, el Barça visitaba Old Trafford para medirse al Manchester United de Ferguson y Ronaldo en partido de vuelta de semifinales de la UEFA Champions League. Fue entonces cuando la rodilla de Gaby dijo basta. Crujió de tal manera que ni los mejores médicos y fisios deportivos han sabido acortar la grave lesión que sufrió el argentino aquel fatídico día primaveral en el viejo Teatro de los Sueños de Manchester. Fatídico por la lesión y pérdida del argentino. Fatídico por la eliminación del conjunto azulgrana de la máxima competición europea. 
Desde aquel día, Barça y Milito han llevado vidas completamente diferentes. El club comenzó a ganar y la temporada pasada consiguió lo que parecía imposible: el TRIPLETE. Mientras sus compañeros ganaban partidos en el campo Milito, trabajando día tras día para volver lo antes posible a sentrise jugador de fútbol, los veía desde la grada del Camp Nou, triste pero a la espera de una nueva oportunidad.





Hace una semana, Gaby Milito volvió a sentir ese olor característico del verde césped recién cortado y regado. Calzarse las botas en un vestuario, recibir las órdenes de un entrenador, ver de nuevo su nombre en la pizarra. No importaba ni el rival -el Bolívar- ni el escenario. El Mariscal ha vuelto. Tiene ganas y lo que es mejor: Guardiola ha dicho que se queda. Ni Zaragoza ni nada de nada. Bienvenido Gaby. Bienvenido Milito.

Imágenes | Domingodefútbol | As.com
    

No hay comentarios: