Pablo Orleans | El partido de Zorrilla no iba a ser, a priori, un partido fácil a pesar de la diferencia posicional de ambos conjuntos en la tabla de la BBVA. Tampoco parecía que la diferencia de calidad entre catalanes y vallisoletanos fuese la diferencia que marcase el devenir del encuentro, y es que, a pesar de ocupar la cuarta posición por la zona baja, los pucelanos tienen un gran peligro en la zona que más 'vulnerable' hace al Barça: la delantera. Diego Costa era una amenaza real para una línea defensiva culé que ha pasado, en numerosos partidos, serios apuros y que, hoy en Valladolid, se presumía otro sábado de sustos constantes en la zaga.
El Barça volvió a hacer historia, esta vez, propia.
Pues no ha sido así. Algún susto defensivo en un principio que se ha disipado como pastilla efervescente en agua tibia ha convertido el temor de Guardiola en los primeros minutos del partido en una tranquilidad plena. Y es que, si al minuto 19 el Barça estaba defendiéndose con uñas y dientes para no encajar un gol, en el 21 ya gozaba de una ventaja de dos goles y de la serenidad de saber el encuentro controlado. Así ha sido. El Barça ha gozado de un partido tranquilo, sin sobresaltos. El balón era suyo y las ocasiones se sucedían constantemente con lo que los pupilos de Pep han disfrutado de un entrenamiento que, en la segunda mitad, ha servido de prueba de posiciones y alternativas para el entrenador azulgrana.
De este modo, el Barça se corona como campeón de invierno invicto hasta el momento y vuelve a hacer historia, esta vez, propia. Ese es, a partir de ahora, el objetivo que se tiene que marcar el equipo blaugrana. Batir récords y más récords para mantener la ambición intacta. Buscar nuevos alicientes para mantener viva la llama del buen juego y de las victorias, del fútbol total y directo. Así ha sido hoy con los tantos de Xavi y Alves. Fútbol directo y total, más propio de equipos contragolpeadores que del Barça de los últimos años: otro registro más a tener en cuenta...
El de Messi, la guinda del pastel. El pastel del campeón de invierno. El pastel reservado para los grandes. El trocito de pastel que sabrá a gloria si este año se consigue el objetivo de la Champions en el Bernabéu. Ese trozo de pastel sí será apetitoso: que así sea.
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