lunes, 24 de marzo de 2014

3-4 ¡Qué espectáculo!

Pablo Orleans | Si eres madridista, es decir, seguidor-simpatizante forofo del Real Madrid que no ha sabido aceptar la derrota en el Bernabéu, no te va a gustar esta entrada. No porque el conjunto blanco sea el objetivo de las críticas, sino porque aquí no vais a encontrar consuelo ante la derrota de ayer en casa. Aquí no encontraréis las miles de excusas de autoconvicción de la culpa ajena para no reconocer que hay alguien mejor ni insultos o reprimendas a la actuación arbitral. No es un post para seguidores del Ronaldo extradeportivo o del Ramos que no ha sabido aceptar su error. Nada de eso. Aquí hablaremos del espectáculo que se vivió en el feudo blanco y que nos brindaron los dos equipos. Hablamos de, probablemente, uno de los mejores Clásicos de la historia. Hablaremos de fútbol.

Lionel Messi celebra el gol con sus aficionados
Messi, con su hat trick, completó un partidazo y le dio la victoria a su equipo.

El FC Barcelona llegaba a la capital de España con la necesidad de llevarse los tres puntos. Para ello, salió con casi todo el equipo de lujo. Sólo faltó un menospreciado Pedro por un Neymar falto de ritmo, ideas e intensidad. Un Neymar al que le faltan un par de partidos buenos para ser intocable. Pero no estaba bien. Y salvo esa errata en un mapa de toque, precisión y calidad, el barça saltó al verde del Bernabéu dispuesto a llevarse la victoria. Delante, los de Ancelotti vestían sus mejores galas para un presumible partidazo que al final lo fue.

Y comenzó el choque con el Barça llevando la batuta y dando primero. Iniesta, tras un genial pase de Messi, lanzó un zurdazo que golpeó en el larguero y entró dentro. Seis minutos de Clásico y los de Martino se adelantaban sin saber todo lo que iban a tener que sudar para llevarse los tres puntos. El Madrid asustaba cada vez que llegaba al área culé, sobre todo de la mano de Di María (inmenso el argentino) y un Benzema que estaba en todas. Después de un fallo solo ante Valdés tras una gran jugada de 'el fideo', el galo remataba con acierto dos veces en tres minutos para darle la vuelta al choque. Sólo gracias a la recuperación de Piqué bajo palos, el francés no hacía un hat trick en siete minutos. El Barça sufría con cada balón aéreo y en cada internada merengue por la banda derecha. Una defensa desdibujada e impotente que hacía aguas una y otra vez ante la velocidad y el poderío por alto del Madrid. Pero al final de los primeros tres cuartos de hora, Leo Messi conseguía el empate en una jugada con rebotes que acabó en una tángana con Pepe y Fàbregas como protagonistas y Busquets como actor secundario.

El delantero francés del Real Madrid Karim Benzemá celebra el gol marcado ante el FC Barcelona
Benzema y Di María fueron los mejores del Real Madrid. El galo sólo jugó 60 minutos.

Y se llegó al descanso con un empate, cuatro goles, y una gran incertidumbre. El intercambio de golpes había sido continuo, con latigazos del Madrid y momentos de control del Barça que dejaban abierta una segunda parte que se convertía en incógnita. Nadie sabía qué iba a pasar o cómo podrían quedar, pero lo que estaba claro era que ambos equipos iban a salir a por los tres puntos. Los unos para hacer de la Liga un asunto de dos. Los otros para aferrarse al último hilo de esperanza que les quedaba en la competición doméstica.

Y fue el Madrid el que golpeó primero. A través de una falta fuera del área que se señaló como pena máxima, Cristiano Ronaldo volvió a poner a los blancos por delante. Los azulgrana se veían contra las cuerdas. Perdiendo ante el máximo rival y con 80.000 almas rezando en su contra, lejos de amilanarse volvieron a su fútbol control, alargando la posesión y buscando el hueco con paciencia. Así, Leo Messi -de nuevo- encontró el hueco perfecto para Neymar que, en posición correcta, se quedaba sólo ante Diego López y era arrollado por el último jugador blanco. Sergio Ramos a la calle por roja directa y el astro argentino igualaba el duelo desde los once metros. Con uno menos -y sin Benzema-, el Madrid perdió el rumbo del encuentro y quedó a la deriva del mar blaugrana, que movía el cuero de un lado para otro, sin prisa pero sin pausa, hasta que el bocadillo entre Carvajal y, sobre todo, Xabi Alonso a un listo Iniesta volvió a plantar el balón en el punto de penalti. Leo Messi mandaba el esférico a la escuadra, firmaba su triplete y los del Tata Martino ponían el definitivo 3-4 en el Bernabéu.

El árbitro Undiano Mallenco muestra la tarjeta roja a Sergio Ramos
Segundo tiempo de penalties. Ramos acabó expulsado por derribar a Neymar dentro del área.

Un espectáculo digno de ambos clubes centenarios. Uno de los mayores choques futbolísticos de la historia sólo manchado por la dolorosa derrota que llevó a los protagonistas a hablar en caliente y sin sentido. Un gran espectáculo de fútbol que no acaba con el pitido final del colegiado Undiano Mallenco, sino que alarga esta bonita historia de tres, por lo menos, hasta dentro de un par de días. Y esperemos que estos ejemplos para millones de niños a lo largo y ancho del globo terráqueo cuenten hasta diez antes de soltar lo primero que se les ocurra. Es cierto, la derrota duele. Pero más doloroso es ver a niños maldiciendo al árbitro porque sus héroes sobre el terreno de juego han sido su referente. Y hablo por todos. 

Por los espectáculos como el de ayer. Por el fútbol. 
    
Imágenes | Mundo Deportivo

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