miércoles, 12 de marzo de 2014

20.45 | Hora de bailar

Pablo Orleans | La historia siempre la escriben los vencedores, por mucho que la situación no haya sido favorable. El que se lleva la gloria, cuenta su versión, que se torna en la versión verídica. Los hechos son los hechos, pero el entramado de circunstancias que llevan a esa victoria, dormita bajo el olvido y prevalece el resultado. Quién ganó frente a cómo ganó. Quién ganó frente a cómo estaba cuando ganó. Quién ganó frente a cómo estaban los demás cuando ganó. Al final de cualquier hecho histórico, lo importante es el quién. Ganó el bando franquista; ganó Fermín Cacho; venció David a Goliat; ganó Grecia una Eurocopa; Ganó Rajoy las elecciones. Ganaron, y eso es lo que a muchas personas les importa, lo que al final importa. El Madrid ha ganado nueve veces la máxima competición europea y el Barça cuatro. Eso importa. Al final, quién ganó y cuántas veces ha ganado. 

Imagen | Mundo Deportivo

Es por ello por lo que hoy, el Barça, debe empezar a escribir su historia, la historia de esta temporada. Proteger el caparazón con más fuerza y mantenerse unidos bajo el manto protector de su fútbol de toque, de su trato del balón, de sus triangulaciones imposibles, de la eterna posesión, de la agobiante presión y del estoque más amargo de quien lo recibe. Dejar de mirar de puertas afuera y no apreciar los sutiles comentarios que intentan desestabilizar. Que tras una fuerte caída, tras un duro tropezón, levantarse con la sangre y las heridas aún tiernas, y hablar con la piel y el cuero y ante el mundo entero, demostrar que -de momento- el Barça no ha muerto.

Que sea hoy ante el City, y en los próximos partidos, cuando los del Tata Martino recuperen esa flor que se apagó en el invierno y se levanta con el calor. Que Leo baile mil tangos sobre los verdes de España (y Europa), que la sardana de Xavi lleve el ritmo, la samba de Neymar ponga la chispa carioca y que Iniesta mueva las caderas y los pies como se hace en las seguidillas manchegas. Que el Barça emule a Jackson y los muertos vivientes bailen. Porque si les han matado, verlos levantarse va a ser muy duro para los que ya no los creían en este mundo. Y hoy, a las 20:45 horas, el Barça puede resucitar y devolver la confianza a unos y callar la boca de otros. Pero, para eso, hace falta bailar. Y bailar bien. Y ganar.
      

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