martes, 22 de diciembre de 2009

UN AÑO DE ENSUEÑO

Pablo Orleans | El año 2009 no ha sido nada bueno en lo que a economía se refiere. Una crisis mundial que ha asolado el planeta y ha arruinado a familias enteras, ha cerrado miles de empresas y ha dejado sin trabajo a millones de personas en todo el mundo. No sólo la crisis ha dejado al 2009 como un pésimo año. Las guerras, los secuestros y asesinatos, el desacuerdo por salvar el planeta y vencer al cambio climático, las catástrofes naturales y muchos otros problemas no menos importantes como el hambre, las desigualdades sociales y las enfermedades que existen en todo el planeta desde hace mucho tiempo (incluyendo una gripe A que si ha sido tan alarmante se ha debido a la fácil propagación más que a la mortandad) han hecho que el balance global de este último año de la primera década del siglo XXI sea, más bien, nefasto.

Nada parecía ser bueno. Todo eran desgracias y problemas (sobre todo) globales hasta que en una cosa, para mí, ha sido positivo este 2009. El fútbol, como siempre, deja de ser un deporte cualquiera para convertirse en una terapia que hace que cualquiera que seamos aficionados a él, nos haga olvidar, durante 90 minutos, todos los males que podamos tener y hace olvidar todas las procupaciones que no nos dejan dormir.
Gracias al fútbol, este 2009 no ha sido tan nefasto. Gracias al Barça, este 2009 ha sido una continua alegría futbolística. Aunque no hubiese logrado ni un título de los seis que ha podido conseguir, únicamente el juego del equipo -que llama a la victoria- hacía que disfrutase con un deporte que, digan lo que digan los que lo odian, es más que un deporte. Y no me refiero a un negocio, que también, sino a algo más abstracto, menos palpable: un sentimiento.

Con los seis títulos conseguidos, con un fútbol de ensueño y con la esperanza de que siga esta racha lo máximo posible, el Barça ha añadido un plus de alegría que ha ayudado a que este 2009 no sea el 2009 de todo el mundo (o de muchos...). Primero la Copa, la Liga y la Champions. Luego las Supercopas. Para terminar la faena: el Mundial de clubes. Todo perfecto. Nada fuera de sitio. Un año para enmarcar y destacar en los libros de historia (del fútbol). Un año para enseñarles a las jóvenes promesas del fútbol venideras cómo se hace una temporada 10. Cómo se consigue lo máximo con respeto, humildad y esfuerzo. Cómo se consigue triunfar sin hechar mano de la cartera y cómo se puede mantener un nivel de juego altísimo durante tanto tiempo. Muy fácil: Un buen entrenador (gracias Pep) y ambición.

Así pues, el fútbol ha servido de psicólogo en malos momentos; de payaso en momentos de bajón moral; de entretenimiento y compañía en momentos de soledad; de reunión con los amigos en momentos felices; de esperanza en momentos desesperados y de fuerza en momentos de flaqueza. El fútbol, hoy más que nunca, ha servido para que la vida sea menos dura. Los que son del Barça lo entenderán...o eso espero.

 

lunes, 21 de diciembre de 2009

UN TÍTULO CON EL CORAZÓN

Pablo Orleans | No podía ser de otra manera. Si el Barça consiguió ayer el sexto título consecutivo de la temporada fue, más que nunca, por méritos propios. El fútbol de toque, los pases milimétricos, el control absoluto de la situación, la belleza de las triangulaciones, la paciencia y la verticalidad, el saber arrinconar a un equipo rácano que jugó sus bazas de una manera excepcional durante 87 minutos y sufrir de la manera que se sufrió, vencer del modo en que se hizo y convertirse en historia viva del fútbol mundial ha hecho que, hoy más que nunca, sienta los colores azul y grana con un orgullo especial.

Con su sexto título del año, el Barça hizo historia.
Esperaba un partido más cómodo, sobre todo en sus inicios. Si bien es cierto que sé cómo se las gastan los equipos argentinos, esperaba que uno de los mejores equipos de la historia no tuviese demasiados problemas en hacerse dueño y señor del encuentro y del fútbol mundial. No fue así. El inicio del partido fue tosco, cortado y duro. El Barça no se hacía con el control del balón y era el Estudiantes de la Plata el que parecía más centrado en hacer su fútbol (o lo que es lo mismo: el antifútbol del equipo de Guardiola). Con el mando en el centro del terreno de juego, los argentinos tuteaban al conjunto culé y éste sufrió. Sufrió al ver cómo no señalaban un penalty claro sobre Xavi. Sufrió al ver cómo Boselli, de tremendo testarazo a ocho minutos del final de la primera mitad, adelantaba a los pincha ratas y colocaba el imposible título lejos del alcance de los dedos de la pulga.

Boselli adelantó a Estudiantes con un soberbio cabezazo.

Llegó el descanso. Confiaba en el arte de moralizar, en el oficio de psicología, en el dominio del fútbol y, sobre todo, en la cabeza fría, calculadora y siempre pensativa el señor Guardiola. Confiaba en el equipo, en la cantera y en los fichajes. Tenía la absoluta certeza de la remontada en el segundo medio y un relajado final de partido con la tarea hecha. Pero el minuto 90 se acercaba, poco a poco y amenazante, consumiendo cada segundo, cada minuto como si fuese pólvora en medio de una hoguera. El final se acercaba. Los argentinos acariciaban la pelota de fútbol terráqueo sostenida por tres soportes mientras que los pentacampeones soñaban con el empate inextremis. El Barça apretaba y Estudiantes se agazapaba. Piqué ya no era central sino delantero centro. Xavi ya no intentaba triangulaciones y Alves no llegaba hasta el fondo del campo para centrar. Los balones aéreos acosaban la meta de Albil, Ibrahimovic remataba desviado y Valdés volvió a demostrar que él debe ser el segundo del Mundial. Oprtunidades había pero la férrea defensa platense hacía presagiar un final amargo. Esta vez, la cara de giligpollas la iban a tener otros menos acostumbrados.

Valdés fue clave en la victoria azulgrana. La selección lo debería esperar para Sudáfrica.

Minuto 87: Touré recoge un balón en la línea de tres cuartos y la juega con Xavi que se dispone a centrar. Su pase rebota en un defensor contrario y el cuero sale despedido al cielo de Abu Dhabi. Piqué, que llevaba varios minutos como atacante, corre sin temor y con una decisión increíble para luchar el esférico en el borde del área grande de los argentinos. El balón tarda varios segundos en caer y la incertidumbre se apodera de todo un estadio teñido de blaugrana para la ocasión. El mejor central de Europa sin lugar a dudas se lanzó a las estrellas de la noche y con un leve y sutil toque de cabeza adelantándose a un correcto Cellay dejó a Pedro solo ante el meta Albil. Pedro, con el nerviosismo que le caracteriza de cara a puerta marcó uno de los goles más importantes de la historia del Barça y del fútbol mundial. Un balón que tenía que entrar sí o sí, de la manera que fuese, lo fue a hacer de una de las formas más bellas posibles. Empujado por la cabeza de un grandísimo jugador de 1,69 de estatura, el cuero traspasó, de vaselina, al meta argentino mientras éste salía a tapar posibles huecos por abajo. Pedro, en el minuto 87, hizo el sueño realidad y consiguió medio título mundial para los culés.

 Leo Messi anotó con el corazón azulgrana.

Llegó la prórroga con los argentinos, que perdían tiempo segundos antes, pidiendo la hora. El Barça saltó con un aire renovado, con ganas de darle la vuelta al marcador y acabar de soltar la adrenalina que se había acumulado durante 87 minutos de tensión. Todo el Barça volcado ante la meta de un Estudiantes fundido que acabó doblegado ante el acoso azulgrana. Dani Alves, desde su banda y varios metros más retrasado de lo habitual, volvió a colgar un balón de ensueño a la banda buscando a Ibra. El sueco no llegó y desde atrás, como pulga entre pelos, Lionel Andrés Messi Cuccittini colocó su corazón para darle al Barça el sexto título del año. Sacando pecho ante su gente y demostrando que él es diferente, Leo anotó el gol con la mejor parte de su cuerpo posible. El corazón que le puso el Barça al partido y a una temporada para enmarcar, el corazón de los seguidores azulganas en todo el mundo que sufrimos lo insufrible para ver ganar y dar espectáculo al mejor equipo de la historia y el corazón de Pep, que supo adivinar el partido con cambios incomprensibles y que valieron la pena. Gracias Barça, gracias Pep. Gracias fútbol.

Pep Guardiola, el maestro, acabó emocionado y manteado por sus jugadores.

Imágenes | As.com
   

jueves, 17 de diciembre de 2009

GRAN REMONTADA DE LA CANTERA

Pablo Orleans | Si por algo fue bueno ver el partido del Barça en las semifinales del Mundial de clubes y perderse clase la tarde del miércoles 16 de diciembre, fue (además del pase a la final del posible sexto título del año), por ver cómo un grupo de jóvenes talentos que se visten el escudo del Barça en el pecho y que lo sienten con una de las fuerzas más absolutas del mundo futbolístico hicieron posible la remontada ante los mexicanos del Atlante FC tras el primer gol en contra. La generación de los Messis, compuesta por Piqué, Busquets, Pedro, Bojan e Iniesta -un poco antes-, herederos absolutos del maestro Cruyff, que a su vez legó su reinado y su filosofía al maestro Guardiola que hace lo propio con el más listo de la clase, han llegado con fuerza, ambición y seguridad. Ayer fueron los verdaderos artífices de la victoria. Ocho canteranos terminaron el partido y los tres goles llevaban la firma de La Masía, el atrevimiento de Guardiola y la filosofía del gran Johan.
 

Primero Sergio (que no Sergi), tras un rápido movimiento en el área, después de que Touré la peinara y Busi Jr. se adelantase a Solari, anotó el ansiado, buscado, necesario e irremediable empate de los culés. Cierto es que los primeros 20 minutos, el Barça no estaba cómodo. Los de Cancún se apoderaron del centro del campo y la presión ejercida puso en verdaderos aprietos a la defensa barcelonista. Unas veces la escasa calidad técnica de los centroamericanos y otras veces el meta culé (ese gran Valdés que aparece siempre en las grandes citas) hicieron que el segundo no sumase en la cuenta 'azulgrana -versión américa-'. Tras el gol llegó la calma, el control del partido y el descanso.

Fue entonces cuando saltó al verde uno con el que no se contaba. Leo, que cuando salió a calentar casi para el partido, debió acojonar, con todas las palabras, a los jugadores rivales. Fueron sólo dos minutos los que necesitó para desequilibrar la balanza del lado 'azulgrana -versión peninsular-' con una tremenda internada sólo apta para pulgas argentinas. El partido y el pase a la final estaba hecho, pero al partido le faltaba algo. La guinda del pastel la puso uno de los nuevos. No fue Chygrynskiy, no. Pedro, nuestro Pedrito, ha hecho historia. Con el tercer gol del partido a pase de Don Andrés, el canario se convirtió en el único jugador en la historia del fútbol en marcar gol en seis competiciones en una misma campaña. La Masía habló. También lo hizo la filosofía del buen juego, la paciencia y el aguijón letal. Habló el Barça en su estado más puro.

Ayer, Pedro hizo historia propia. El sábado, lo hará con el Barça.

Imagen | Europapress.es
  

miércoles, 16 de diciembre de 2009

DOS PARTIDOS PARA HACER HISTORIA

Pablo Orleans | Si algo puede conseguir el Barça con la conquista del Mundial de Clubes de la FIFA, además de un título reconocidamente en alza, una inyección económica para las arcas del club y un mayor prestigio en el fútbol mundial, es el de hacer historia. Historia por conseguir por vez primera este título que tanto se le ha atragantado al conjunto culé en sus intentos anteriores. Desvirgarse en el gran mini torneo mundial del momento con la obtención del título y colgar en su vitrina otra medalla más. Hacer un hueco en el estadio para la única copa que falta junto a las Ligas, las Champions, las Copas, Recopas y Supercpas no va a ser complicado. Lo más difícil será conseguirla. Para ello, los jugadores del Barça tienen que mentalizarse de la importancia de este título y disputarlo con sudor y garra. Hoy el Barça tiene una cita con la historia. una cita con su historia.


Pedro y el Barça pueden hacer historia. Todo dependerá de los goles.

Pero no acaba aquí todo. Pedro, Pedrito, el joven jugador canario del Barça, ese extremo que ha subido de nivel como la espuma y que ya está presente en todas las quinielas de onces titulares del equipo para cualquier partido, ese jugador también puede hacer historia al tiempo que la hace el club. Incluso antes. Si Pedro Rodríguez marca gol en alguno de los partidos que dispute el Barça en el mini torneo (máximo 2 si pasa esta tarde), será el único jugador en la historia que ha marcado gol en todas las competiciones que ha disputado. Marcó en Liga, en Champions, en la Copa del Rey y en las dos finales de Supercopa. Si Pedro marca gol esta tarde o, si pasamos, en la final, va a hacer historia. Un joven canario culé que también tiene una cita con la historia. La historia del Barça. Su propia historia.

El primer obstáculo será el Atlante FC. Superado éste, será el Estudiantes argentino. El máximo aliciente, conseguir la sexta copa. Hacer historia mundial y propia. Ser el Rey de reyes.

Imagen | Adn.es

martes, 15 de diciembre de 2009

LOS POTROS DESCONOCIDOS

Pablo Orleans | La primera final para el Barça de este mini torneo de grandes dimensiones (y nombre) se va a disputar mañana a las 17.00 horas (hora peninsular). Emitido por un canal que poco tiene que ver con los deportes como es Tele5, más preocupada de saber la vida privada de los -más o menos- famosos y de crear programas realitys que fomentan la vagueza y el fracaso escolar que de formar a sus telespectadores con programación interesante y "doctrinal" al tiempo que entretenida, el fútbol se va a ver mañana de un modo distinto. Con una mosca que ninguna relación tiene con el césped y con una retransmisión de voz poco acostumbrada al mundo del balón de cuero, el Barça debe intentar no dormirse, no dormirnos y no confiarse de un Atlante desconocido que tiene en esa poca popularidad su mejor arma.

Habiendo aprendido a jugar en uno de los estadios más espectaculares e históricos del fútbol mundial, los chicos del Atlante FC han recibido el legado y la nostalgia de los gritos de apoyo del Estadio Azteca que, en tiempos pasados, aupaban a uno de los equipos más longevos del fútbol americano. De este modo, nombres pasados como Solari encabezan un equipo que no ha viajado a Abu Dhabi, recorriendo 13.000 kilómetros de distancia, para dejar pasar la oportunidad de vencer al mejor equipo del mundo y del mini torneo. Los Potros de Hierro no van a domarse fácilmente ante las riendas y las fustas de los jugadores de Guardiola. No van a fundirse ante el intenso fuego de los jugadores culés. Se visten de azulgranas como sus rivales, para parecerse aún más a ellos, confundirlos y, en medio de tanta confusión, lanzar el latigazo que pueda convertir su objetivo -y sueño- en una realidad absoluta. Esto es Abu Dhabi, no Barcelona, y el Barça debe andar con pies de plomo, con la cabeza sobre los hombros y con la certeza de que aquí no hay nada ganado. Sin afición y en unas condiciones ambientales muy difernetes, los culés deben ir a por todas y traerse para aquí el ansiado título que se resiste.

El Barça no va a tenerlo fácil. Los potros, más jóvenes que los caballos, más bravos y más libres, van a intentar hacer morder el polvo del árido Emirato reconvertido al turismo y enpufado hasta las cejas, y derribar, como animal salvaje de rodeo al mejor montador de animales difíciles de controlar. Al más fuerte y al que mejor se aferra a la silla y a las riendas. Quitarle la fusta y sacárselo de encima. Ése es el verdadero objetivo de los de Cancún.