miércoles, 25 de enero de 2012

Fiarse o no fiarse, ésa es la cuestión

Pablo Orleans | Una hora antes del repetitivo pero no por ello fútil Clásico del fútbol español, las sensaciones son contradictorias. Por un lado, y viendo la actuación de unos y de otros en el partido de ida, el Barça -además de estar aventajado por el siempre importante factor campo y el resultado del Bernabéu- resulta claro favorito para pasar a las semifinales de la Copa del Rey. Por fútbol, grupo y las comentadas ventajas, los de Guardiola deberían llevarse el gato al agua y conseguir el pase. Con el once de gala sobre la alfombra del Camp Nou, el conjunto azulgrana debe bailar al son que le marquen sus directores de orquesta y controlar desde el principio un choque difícil pero ya de sobras conocido. O no.

Piqué celebrando la 'manita'. ImagenDefensacentral.com
Es aquí donde mis dudas afloran cuan nutrida primavera. Probablemente, en todos los Clásicos de Mou, todavía no se haya visto al verdadero Real Madrid, al del ataque imparable, al de las contras letales. Contra el Barça, Mourinho empequeñece a uno de los equipos más fuertes del mundo con un planteamiento defensivo, temeroso y muy físico. Un planteamiento que, sumado al nivel de los componentes del equipo de la Ciudad Condal, hace que el portugués sólo haya cosechado una victoria de nueve enfrentamientos ante Pep. Un Madrid que, a pesar de su inferioridad moral, es un correoso competidor aun en crisis interna, clanes varios y prensa acechante. 

Dentro de unos minutos, el fútbol hablará como lo hizo ayer en Anduva, ofreciendo la cara más amable y justa del fútbol. Once contra once discriminando al salario y premiando el valor, el pundonor y el juego. Anoche, Miranda de Ebro volvió a recordarnos que en el fútbol no hay nada escrito y que, por lo tanto, hoy también puede pasar cualquier cosa. Culés, no me fiaría del Madrid esta noche.
       

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