Pablo Orleans | Hay que ganar. Ésa es la premisa básica en la que deben pensar los jugadores y el cuerpo técnico del FC Barcelona. No hay excusas. El momento, dulce para los azulgrana, no deja otra alternativa, y pensar en lo contrario o divagar en pormenores sería un grave error. Hay que afrontar este partido como un mero trámite para llegar a la final del Mundialito, jugando con seriedad pero con la calma y tranquilidad que permite el gran abismo técnico que separa a qataríes y españoles. El Al-Sadd, campeón asiático, está disputando el torneo pensado para que lo disputen europeos y sudamericanos, un dato importante para saber a qué se enfrentan mañana los de Guardiola. Los de Jorge Fossati saldrán, como es lógico, hipermotivados, pero ni los "ex europeos" ni los muchos internacionales con Qatar que hay en sus filas deberían suponer un incordio para lograr el pase a la final.
Guardiola en una rueda de prensa en Japón. Foto | As |
De hecho, no llegar a la final de este torneo que pretende -sin éxito- coronar al mejor equipo del mundo, sería una auténtica catástrofe que se vería rebajada en caso de hacerlo en la final frente al Santos de Neymar. Pero ésa es, ahora, otra historia. Lo importante es ganar con contundencia y buen juego ante el conjunto qatarí y empezar a meter el miedo en el cuerpo a los habilidosos brasileños encabezados por crestaman.
Para ello, será imprescindible mantener la serenidad, la calma que apareció en el Bernabéu tras el rápido gol de Benzemá, y saber que el balón entrará, no una o dos veces, sino alguna más. Por lo menos, así debería ser. De ser yo el encargado de hacer la alineación, apostaría por Thiago, Cuenca o Afellay en el once titular. Me temo que la precaución de Pep supondrá ver al mejor equipo posible sobre la alfombra japonesa. He de decir que, conociendo a Guardiola y sus imprevisibles, inesperados y originales cambios en su once titular, cualquier cosa puede pasar, pero con estos jugadores al inicio, el Barça puede asegurar el compromiso y la calidad de los Xavi, Villa o Alexis y puede hacerlos rodar en partidos de relativa importancia sin correr demasiados riesgos.
Mañana, a las once y media de la mañana, mientras algunos todavía estén desayunando, CUATRO emitirá en directo el partido en el que el Barça, salvo sorpresa mayúscula e improbable, logrará el pase a la final del Mundial de clubes y se enfrentará, el próximo domingo a la misma hora, ante el Santos brasileño. Jugar, ganar y llegar a la final. No debería haber otra opción.
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