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lunes, 9 de enero de 2012

¿Para cuándo Xavi?

Pablo Orleans | Estaba cantado. Las apuestas aseguraban que iba a ser Leo Messi el que iba a conquistar la tercera esfera de cuero dorado consecutiva seguido del portugués del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, y con el mágico Xavi Hernández por detrás. Estaba cantado, sí, pero yo me esperaba un cambio de última hora. Un capricho del destino que señalase al 6 del Barça y 8 de la selección española en el primer escalafón del trío finalista. No fue así y el premio se lo volvió a llevar, merecidamente, el argentino. 

Messi consiguió su tercer Balón de Oro consecutivo. Foto | As

Messi, pichichi de la Champions, goleador en la finalísima de Wembley y malabarista con el balón bajo/entre sus pies, se llevó el gato al agua sin problemas, con un amplio margen de error gracias al apoyo del casi 45% de los entrenadores y capitanes de selecciones nacionales FIFA junto con el de los corresponsales de France Football. Muy por detrás, Ronaldo consiguió el 21,6% de los votos y, más lejos todavía, Xavi obtenía el 9,23% de los votos.

Pero el español se merecía el galardón. Huérfano, así se quedó el balón de oro cuando el pasado año se lo llevó Messi a su casa, quién sabe si en Barcelona. Puede que en Rosario. Pero Xavi sabe que el balón de cuero es suyo, el que roza el verde césped del Camp Nou le pertenece, pero el dorado se resiste a acudir a sus brazos. Su trayectoria lo dice todo. Tricampeón de Champions League, seis veces campeón de la Liga, campeón del Mundo de selecciones, campeón de Europa de selecciones, mejor jugador de la Eurocopa 2008, de la final de la Champions 2008/2009, mejor constructor de juego del mundo en los años 2008, 2009, 2010 y 2011 y las nominaciones a Balón de Oro de los últimos años entre otros muchos galardones, hacen del centrocampista culé, del cerebro que este deporte jamás ha conocido, de Xavi Hernández, uno de los mejores jugadores del Mundo y de la Historia. No le hace falta marcar goles para saberse el mejor. No le hacen falta trofeos individuales para demostrarlo. Sobre el campo, domingo tras domingo, el de Terrasa demuestra y demostrará que, si no se le otorga el Balón de Oro algún día, el fútbol habrá sido injusto con él, del mismo modo que lo fue un día con Raúl. 

Por cierto, Guardiola es el Mejor entrenador del Mundo. Que lo siga siendo.
       

lunes, 12 de diciembre de 2011

Melodía bélica en el Clásico

Pablo Orleans | El ritmo del Barça sonó con acordes dorados por la capital de España. La orquesta dirigida por un coherente y atrevido Pep Guardiola impuso su perfección en uno de los escenarios más exigentes del mundo. Ni el rápido traspiés sufrido con una nota malsonante de un Valdés demasiado confiado en conocer a la perfección la partitura, ensayada durante años y con notas minuciosamente seleccionadas, impidió que el respetable ovacionará la actuación de los maestros y salieran victoriosos de tan complicado compromiso. De la mano del genio argentino, Leo Messi, la sinfonía paciente del grupo en general cosechó frutos conforme pasaban los actos. Iniesta, hábil como siempre en su faceta, y Xavi, manejando la batuta con habilidad y esmero, hicieron de "flautistas de Hamelin", robando resistencia a los blancos oponentes y animando a los suyos a seguir el único camino posible: la música perfecta.


Fue entonces cuando la batalla dio un vuelco enorme. Los vengativos guerreros capitalinos, buscando con ansia el momento de devolver los golpes pasados, dejaron a un lado la concentración y se centraron en apuntillar al bando rival con precipitación y necesidad. Se ahogaron en sus propias exigencias y su líder, un Ronaldo que llegaba con una buena racha de bajas en anteriores batallas, erró inexplicablemente en los momentos en los que los jefes nunca deben fallar. Siguiendo el guión de guerras anteriores, el portugués se cerró en sí mismo y la presión apagó su gran momento de forma hasta el momento. Así, el batallón culé avanzó sin descanso pero con cautela por terreno hostil penetrando por tres veces en el campo base rival. El primer susto quedó en anécdota y los de Guardiola se alzaron con la victoria. Una batalla ganada no da la guerra, pero anima a las tropas a seguir luchando por conseguir su objetivo. La Liga todavía no está (ni mucho menos) sentenciada.

ImagenAs.com 

jueves, 7 de abril de 2011

La casi excelencia asegura el clásico

Pablo Orleans (para Más que fútbol) | Lo esperado se asegura. El Barça - Madrid de semifinales de la UEFA Champions League está, salvo catástrofe mayúscula, más que hecho. Los cuatro de diferencia, simétricos al trabajo del Madrid ante los ingleses, los ha repetido el Barça, eso sí, no sin riesgo, sufrimiento, ni esfuerzo. Es más, los ucranios del Shakhtar, bien plantados en la alfombra del Camp Nou, llevaron el peligro más de lo que hubiera o hubiese deseado un seguidor culé. Más de lo que hubiere imaginado. La táctica de Lucescu, como el agua. Con un inicio fulgurante en el que la agobiante presión visitante impedía el buen hacer de los de Guardiola, el conjunto ucraniano presionaba con ánimo de lucro y conseguía aumentar la presión sanguínea de la máxima competición europea a los corazones azulgrana.


El trío atacante de los tigres, formado por un activo errante Luiz Adriano en punta, bien escoltado por dos veloces figuras llamadas Douglas Costa y Álex Teixeira, comandaron bien un ataque en el que sólo falto precisión para pasar, controlar y rematar una faena inquietante. Pero apareció Andresito y apagó la llama de la ilusión. Desde aquel insignificante momento, en el que el marcador decantaba el choque en favor de los locales, la estrategia —minuciosamente preparada durante el duro trabajo semanal—, se desvanecía en segundos tras un desafortunado despeje que cogió el que menos debía y que apuntilló con perfecta finalización. De ahí en adelante, once jugadores por detrás del balón auguraban un asedio continuo con contragolpes varios y búsqueda del acierto arriba. No funcionó.

El Barça, fiel experto donde los haya, siguió a lo suyo. Toque, toque, toque y más toque. El balón corría de un lado para otro y el encuentro se asemejó por momentos a un partido de fútbol sala a lo grande. Los rápidos recorridos del balón y la precisión en los desplazamientos desubicaban al rival y mantenían un control total que cojeaba cuando el aburrimiento rozaba lo cómico. El exceso de posesión, repetitivo y monótono, desconcentraba incluso al Barça. El fútbol semihorizontal, envidiable y exquisito, tiene su momento excitante en el preciso momento del desmarque. El pase llega solo. Alves, Villa o Messi buscan el hueco. Xavi, Iniesta o Messi conjugan el pase. Todo rodado. El segundo, perfecta maniobra milimétrica con final feliz.

Tras el descanso, Piqué completó la estrategia de Pep poco antes de que el magnífico zurdazo de Keita apaciguase la alegría ucrania con el accidente de Rakitskiy tras fallo de marcaje de «el jefecito». Cuando todo estaba hecho, cuando la ventaja global era evidente y cuando la fiesta estaba completa en el Camp Nou, Alves inventó una última asistencia para intercambiar papeles con Xavi y abrir las palmas de los culés mostrando el gesto que un día hizo Piqué. El 5-1 final asegura el pase. Diferencia de cuatro goles para ir a Donestk tranquilos, sin Iniesta y con un Messi en blanco crispado, con hambre de gol.

Se han cumplido los pronósticos. El Barça - Madrid se jugará a finales de abril. Cuatro partidos en apenas tres semanas que decidirán el futuro próximo de merengues y culés. Los unos, a seguir manteniendo el nivel de los últimos años acompañando el juego con títulos. Los otros, a volver a esos años gloriosos en los que mandaban en el viejo continente. Y sólo un ganador. Uno para llevarse la gloria en España y Europa. Uno para disfrutar del presente y rentabilizar el futuro. Ya se han abierto las apuestas, ¿quién se llevará el gato al agua?

Imagen | El País
      

lunes, 28 de febrero de 2011

Campaña insular

Pablo Orleans | Centuria con los flancos tocados, sin su particular cerebro en el campo de batalla, con las defensas bajas pero con la misma sed de sangre, con la misma ambición de conquista, con ganas de venganza y con un ataque destructivo que desmembra rivales y elimina peligros. Comandados por un estratega experto y curtido en mil duelos a muerte en el fragor de la batalla, el General Guardiola estudia a cada contrincante sabiendo a la perfección los puntos débiles del otro y las virtudes de los suyos.


Las dudas se agolpaban en la Ciudad Condal mientras el Comandante elegante -de traje y barba de tres días- preparaba la contienda. El viaje por el tranquilo mar mediterráneo auguraba una placentera campaña insular con el apoyo de Poseidón en los mares. Así fue. La pequeña y hábil perla de tierras lejanas, donde el frío de las montañas, el calor de las playas y la humedad de las selvas se funden en un paraje salvaje de poderosos guerreros, comenzaba la ofensiva con un golpe de cabeza que abría una profunda herida en la retaguardia rival. Los del filósofo golpeaban primero y acabarían doblegando a los del Teniente Laudrup, proveniente de frías tierras del norte donde dejó tras de sí un reguero de triunfos y habilidades que todavía hoy se recuerdan.

El segundo golpe lo dio un integrante de una tribu de Astures. Fiel defensor del escudo y completo en el cuerpo a cuerpo, lo demostró después con un resultado óptimo que dejó tocado al más defensivo de sus rivales, dejando la conquista sentenciada.


Pero los guerreros de vestimenta azul y granate, inagotables, incombustibles y fieles a su formación en la contienda, dieron el golpe de gracia poco después con la intervención del tercero en discordia. Bautizado como Pedro, este luchador encontrado en la tierra de los guanches terminó, con un rápido movimiento, con la vida de los talayóticos que comenzaron con mucha garra pero se fueron consumiendo con el paso de la batalla.

Y así se volvió de la campaña insular. Los favorables vientos de los dioses ayudaron a una contundente victoria sin los pesos pesados de la centuria, sin la seguridad defensiva habitual, sin la velocidad en los flancos, sin la pausa y el tempo en la contienda pero con la misma incisiva ofensiva que mantiene la deferencia en la conquista por el Mulhacén (el techo de Hispania) entre las ciudades de Barcino y Magerit. De momento, los tarraconensis llevan siete kilómetros de distancia en la lucha por llegar a la cima.
    
Imágenes | AS
          

lunes, 21 de febrero de 2011

El genio sale al rescate

Pablo Orleans | Necesitaba este Barça una victoria contundente para enterrar los fantasmas de febrero ante uno de los equipos con más garra del panorama español. Necesitaba volver a construir su juego, basado en el toque preciso y la verticalidad inesperada. Necesitaba la contundencia defensiva, el control en la medular, la explosividad en las bandas y el incisivo hambre goleador. Lo recuperó todo aunque el marcador no reflejase tal notable mejoría.


Los primeros minutos azulgrana se mostraron como el espejismo perfecto de lo que no iba a ser el partido. Alves recibió el perfecto balón de Xavi en posición dudosa y lo cedió atrás para que Villa rematase sin problemas y enviase el balón al fondo de las mallas. Los de Guardiola, por delante, no sabían que tendrían que pedalear más de lo esperado para que los tres puntos se quedasen en la Ciudad Condal. 

Mientras tanto, en la portería contraria, Pinto hacía las veces de un Valdés lesionado y reaccionaba ante las acometidas de los vascos. La defensa, más concentrada que en los últimos partidos, luchaba cuerpo a cuerpo con el gigante Llorente y el valiente Toquero. El descanso dio un respiro a ambos conjuntos y, en un acto de venganza tras un error defensivo de Abidal que obligó a tirarse al suelo a Busquets, Llorente recibió penalty del 16 culé e Iraola se encargaba de transformar la pena máxima a los cinco minutos de la reanudación. 

Messi: protagonista de la jugada de la noche. Foto | As

A partir de entonces, un Barça necesitado busco el gol incesantemente. Messi, en un tira y afloja con todos los jugadores de esta liga que pretenden hacerle sombra, volvió a aparecer con un slalom digno del más habilidoso jugador (véase Di María) y rubricó una jugada excelente que terminó con el argentino besando la alfombra del Camp Nou y el colegiado Ramirez Domínguez mirando para otro lado. Pero el Barça, fiel a su estilo y ambición, siguió por el camino deportivo y mantuvo encerrado en su área a un Athletic cada vez más gato que sólo defendía y lanzaba alguna contra sin convicción. 

Alves, inconmensurable en sus labores -el brasileño las acapara todas-, seguía subiendo la banda derecha suponiendo una constante amenaza para los de Caparrós. El 2 culé, ejemplo de un todoterreno deportivo de 250 CV y motor DIESEL -porque no consume nada-, es una pieza fundamental en el dibujo de Pep y un elemento clave en el ataque barcelonista. De su mano vino el tercero de la noche, obra de Messi. La enésima internada por la banda la puso al primer palo peinando el césped y el argentino se encargó de llenar de júbilo las gradas del Nou Camp. La jugada del primer gol se volvía a repetir. Xavi, Alves y, en este caso Messi, triangulaban una jugada mortal que acabó, de nuevo, sacando Iraizoz del fondo de las mallas.

La victoria, necesaria para estar de nuevo con la mentalidad en una dinámica positiva, fue sufrida pero merecida. Los roles se cumplieron a la perfección y la estrategia de siempre acabó imponiéndose en el marcador. El fútbol volvió a la casa del campeón y ha vuelto para quedarse, para ver una remontada en Champions y seguir liderando la mejor liga del mundo.

Imagen | As
            

jueves, 17 de febrero de 2011

No marcaste, no ganamos

Pablo Orleans | Nunca antes lo había hecho. Nunca antes había perforado la red de un buque inglés y nunca antes había podido celebrar un disparo certero en alguna de las verdes alfombras de los fuertes donde todo empezó. La cuna del fútbol no daba opción al actual profeta del balompié y miraba recelosa y de reojo al pequeño polizón de Argentina. Leo Messi tenía un objetivo entre ceja y ceja. La pulga, hambrienta de gol, llegaba a la antigua capital europea a orillas del Támesis con apetito. Su mirada reflejaba la concentración y sus piernas se empezaban a sentir fuertes. Leo sabía que podía ser el día, que podía ser la noche en la que todo cambiaba. El bate-récords sabía que, tarde o temprano lo acabaría haciendo, y que esa noche era la propicia para llevar su deseo a cabo y hacerlo realidad.

Messi, con la pólvora mojada, volvió a quedarse sin gol en Inglaterra. Foto | El País

Pero la suerte iba a jugar en contra suya. Su nerviosismo ante tal oportunidad y el precipitado movimiento de un brazo con banderín demasiado suelto, iban a ponerse en su camino y le iban a impedir hacerle sonreír. La tuvo él primero. En un mano a mano con Szczesny, el tercer portero gunner, el argentino tuvo una de las más claras ocasiones del Barça en el encuentro. Frente al joven polaco -el de Varsovia no tiene ni 20 años todavía- Leo amagó, lo tumbó y, una vez en el suelo, la semi vaselina se fue alejando del marco londinense para perderse a escasos centímetros del poste. A partir de ahí, poco hizo el astro argentino que sí fue el protagonista del pase en el gol de Villa.

Pero Messi, fiel a su forma de entender el fútbol y a su ambición dentro del terreno de juego, no bajo los brazos y lo siguió intentando en cada una de ellas, sin darse ni un minuto de relajación en cada jugada. Y la volvió a tener. Minutos después del gol, en una gran combinación azulgrana, el esférico lo recibía Pedro que, después de que su disparo diese en el cuerpo del portero del Arsenal, llegó a Messi que remataba de cabeza traspasando la línea de cal. Una acción que, además de haber supuesto el segundo tanto del Barça de la noche encarrilando perfectamente una eliminatoria en campo ajeno, habría supuesto el merecido premio para Lionel. Con ese tanto, el argentino habría echado tierra encima a sus pensamientos más profundos y habría respirado aliviado.

Pero no pudo ser y fue el Arsenal el que se acabó llevando el gato al agua. Messi salía una vez más cabizbajo de un estadio inglés. La derrota de anoche escocía, más si cabe, por la imposibilidad de ayudar al equipo con un tanto. La pólvora de Leo estaba mojada mientras sus intenciones eran más ambiciosas que nunca. El Barça lo necesitaba y el necesitaba el gol. Pero Messi no marcó y el Barça no pudo ganar. Un efecto mariposa que esperemos se resuelva a la perfección -como el pasado año ante los gunners- con un póker de goles en favor del argentino. 
   
Imagen | El País
       

viernes, 11 de diciembre de 2009

XAVI, NUEVO BALÓN DE ORO

Pablo Orleans | Como lo oyen. Xavier Hernández Creus, jugador del Fútbol Club Barcelona, ha sido elegido Balón de Oro por parte de los lectores de La Crónica Blaugrana. Tras haber recogido las muchas respuestas de nuestros lectores a través de una concurrida y popular encuesta, podemos decir que, para los visitantes de esta nuestra página del Barça, Xavi, el mediocentro organizador de la plantilla de Guardiola es el mejor jugador del Barça. Podemos decir que esta encuesta no es científica, pero los numerosos votos recogidos en el blog nos hacen pensar en un posible tongo en la elección de Leo Messi como el Balón de Oro oficial. Suponemos que, con todas las respuestas que ha ocasionado esta encuesta, la repercusión será grandiosa y estaremos atentos a la opinión pública. Xavi Hernández lo merecía tanto o más que Leo Messi y así lo hacemos saber en nuestro humilde 'pero famoso' blog del Barça. De este modo quiero decir que premios como éste son contrarios al fútbol, un deporte de equipo que no tiene nada que ver con estos premios individualistas.


Él es el número 1: Xavi Hernández, el corazón del Barça.

Ante esta situación, deberíamos mediatar acerca de la justicia de unos premios que sólo dan el gran trozo de la tarta a un jugador en cuestión, sin mirar el gran trabajo que tiene a su lado (no detrás) para hacer posible que sea un gran jugador. Con esto no quiero decir que Leo Messi no sea un crack mundial que llega a ser determinante en muchos partidos y que decide la suerte del Barça en momentos necesarios, sino que no se debe -por lo menos en fútbol no- premiar a un jugador por encima de todos debido a que ese jugador ha marcado más goles que el mediocentro que hace la función de corazón del equipo o del africano Keita, que hace la función de pulmón. El cerebro, Iniesta tiene la misma importancia que el órgano reproductor, Ibrahimovic -o Eto'o la temporada pasada-. Tampoco las manos hábiles -Messi- debe ser más importante que las piernas (Puyol) o que los pies (Valdés). Es por esto que no se debería premiar a Messi individualmente o a otro jugador individualmente, sino premiar al conjunto o no premiar a nadie. Esto es fútbol, un deporte de equipo que los premios son colectivos, es decir, para todos.
Luego se habla de que las comparaciones son odiosas, y es verdad. Las comparaciones no se deben hacer y estos premios lo único que hacen es comparar a unos jugadores con otros. Un pena.

Xavi es Balón de Oro según los lectores de LCB, un premio que no debería ser sólo suyo, pero que así hemos decidido que sea. Y así será.

Imagen | elmundo.es
 

miércoles, 2 de diciembre de 2009

DE BALONES DE ORO


Messi ya es el número uno. Enhorabuena crack.


Pablo Orleans | Parece ser que Messi es el nuevo Balón de Oro. Tras él, el portugués Cristiano Ronaldo se sitúa en el segundo puesto y, un escalón por debajo, Xavi e Iniesta ocupan la tercera y cuarta posición. Con este panorama podríamos decir que en el Fútbol Club Barcelona hay tres Balones de Oro porque:

1- Messi, el merecido(?) vencedor, ha ganado cinco títulos en la temporada 2008/2009. Xavi e Iniesta también.

2- Messi, el gran(?) vencedor, marcó 38 goles para su equipo en la temporada 2008/2009. Xavi e Iniesta le dieron la gran mayoría de los pases de gol que marcó el argentino.

3- Messi, el primer canterano blaugrana en conseguir tan preciado premio, fue decisivo en casi todas las finales que disputó el Barça la temporada pasada. Xavi e Iniesta, con su distribución del balón -de cuero- y con su especial visión de juego para realizar pases y jugadas imposibles, además de con sus goles, también fueron determinantes en momentos necesarios. (Gol de Xavi de falta en la Supercopa de España y gol histórico de Andrés Iniesta en el descuento del partido de vuelta de las semifinales de la Champions League en Stamford Bridge).

4- Messi, la pequeña y ágil pulga argentina, ha conseguido sorprender al fútbol mundial con su verticalidad, su velocidad y sus goles. Xavi e Iniesta también. Hoy por hoy, si el Barça tuviese a dos centrocampistas distintos a Xavi e Iniesta, Messi no habría podido recibir este galardón, os lo aseguro.


CONCLUSIÓN: Es una bobada y una tontería hacer un Ránking sobre el mejor jugador del mundo en una temporada. Para que un jugador triunfe, no sólo debe triunfar él mismo, sino que lo debe hacer un equipo entero de 22 jugadores, un cuerpo técnico inmenso y una gestión deportiva de la Directiva impecable. Con esto, no es sólo el Balón de Oro del crack argentino, sino que debería ser el Balón de Oro del F.C. Barcelona por la espléndida temporada 2008/2009. Que Messi tuvo muchos días malos y ahí estaban Xavi, Iniesta, Eto'o, Henry, Gudjohnsen, Keita, Touré Yaya, Busquets, Puyol, Piqué, Alves, Abidal, Silvinho, Márquez, Bojan, Hleb, Valdés, Jorquera o Pinto. Todos, absolutamente todos sin excepción (y perdón si me he olvidado a alguno...) hicieron un papel espectacular toda la temporada. No sólo Messi o Cristiano Ronaldo merecen los éxitos cosechados por un conjunto que, perfectamente engrasado de pies a cabeza, sabe llevar a cabo una labor deportiva inmensa que hace que únicamente uno de ellos se pueda comer la tarta. Buen provecho pulga. La tarta es de todos.

Imagen | Terra.com
 

sábado, 21 de noviembre de 2009

DUDAS EN DELANTERA

Pablo Orleans | Tras la repentina lesión del genio de sueco de la delantera azulgrana, Guardiola debe ahora seleccionar un tridente ofensivo de garantías que supla a la perfección la delantera de gala que acostumbramos a ver jugar en partidos importantes. No lo es menos el choque que se jugará esta noche en La Catedral, pues tras la derrota que va a sufrir a las 20.00 horas el Real Madrid ante un Racing liderado por Tchité, el equipo culé necesitará de los tres puntos para distanciarse de los blancos y afianzar una primera posición de cara al choque del martes contra el Inter de Milán.

Existen numerosas opciones para combinar un tridente atacante que deberá luchar en un ambiente complicado ante unas 40.000 almas que animarán en euskera y con gran decisión a uno de los equipos que más merecen estar en lo alto de la clasificación. El Athletic, lejos de sucumbir ante la globalización futbolística del momento, ahonda todavía más en la idea de "con lo nuestro, cueste lo que cueste" y se enfrenta con gran valentía al poder millonario de los que fichan lo que quieren a base de talonario. No es, este Barça, uno de los equipos que lo hagan todo de este modo. Bien es cierto que las arcas del club están bastante bien servidas como para poder hacerlo, pero la llegada de Pep al banquillo de Can Barça, unido a la gran calidad y cantidad de jugadores que nutre La Masia y al inagotable trabajo de muchos técnicos y entendidos del fútbol desde épocas pasadas (véase 'Juan' Cruyff), hace que esta plantilla que hoy fabrica unos de los 'fútboles' más lujosos y enamoradizos de la historia esté en parte basado en la ardua faena de enseñar desde muy pequeñitos a futuras promesas que tratan al balón de una manera especial.

A lo que iba. 
De entre las opciones que se barajan para la delantera azulgrana de esta noche en San Mamés, yo me quedaría con una en especial. Lejos de probar cosas raras y de arriesgar con decisiones complicadas, daría la oportunidad de demostrar su valía a uno de los mejores delanteros del fútbol actual. Llegó a Barcelona y no cuajó en su primera temporada. "Está viejo", dicen unos. "Ya no es lo que era", comentan otros. Yo estoy con Tití. lo apoyo y sigo pensando que, aunque no es el mismo jugador que lideraba al Arsenal (un Arsenal que, por cierto, jugaba única y exclusivamente para él), es uno de los delanteros más válidos para liderar en una noche como la de hoy sábado, 21 de noviembre de 2009 a un Barça que va a tener que esforzarse al máximo ante un conjunto histórico conocido, 'casualmente', por no dar su brazo a torcer hasta que el colegiado X pite el final del encuentro.

Con la posición de nueve cubierta por el delantero galo, las otras dos posiciones las ocuparía por dos genios que hacen de este Barça un equipo completamente diferente. Messi por un lado, con sus internadas verticales, sus regates fugaces y su velocidad en carrera puede ser la figura determinante en una jugada aislada que la pulga convierte en uno de los mejores goles de la historia (véase gol contra el Getafe). En el Barça, Messi es el Messi de siempre, el que lucha, el que se divierte y el que ingenia. Ese jugador pequeñito que hace de su corta estatura y su agilidad su mejor virtud. Que lo critiquen en su país. En el Barça lo queremos y eso se refleja en el campo.



Por último y acompañando a los dos cracks mundiales líderes de sus respectivas selecciones, colocaría a otro líder de selección y club de fútbol. Andrés Iniesta, uno de los jugadores más queridos del fútbol español, ese jugador que hace del fútbol un deporte fácil, ése que inventa cada vez que se mide a un rival duro, que sale de situaciones comprometidas de una forma sorprendente y que sobrevive de una manera sencilla en  un mundo en el que la excentricidad es un síntoma inequívoco de las grandes estrellas mundiales (véase Ronaldo), debe acompañar en la banda a sus otros dos compañeros. Algunos dirán que "Iniesta debe jugar más abajo". Otros comentarán que "no es un jugador de banda". Yo les digo que Andrés juega bien donde le pongas. Que cumple a la perfección tanto de media punta, como de extremo, como de interior, como de centrocampista organizador, como de defensivo. Es un jugador que sabe cómo jugar donde se le ponga. Es el jugador 10.




Así pues, éste es mi tridente ofensivo. Lleno de calidad, verticalidad, velocidad y gol. Un trío de ases que puede volver loco a un equipo de fútbol entero. Un terceto que, seguro, dará mucha guerra a la zaga de San Mamés.

En el banquillo dejaría a Bojan y Pedro. No es que no confíe en ellos, pero hay partidos y partidos para que dos canteranos jueguen. En San Mamés, en un partido presumiblemente duro en el que los jugadores locales se van a dejar la piel en cada jugada, no puedes colocar de delantero a un Bojan bajito que, aunque no se amilane ante nada (hay que ver el genio que tiene el señor Krkic), no tiene nada que hacer ante los físicos de un Amorebieta o un Ustaritz en un cuerpo a cuerpo. Por otro lado, a Pedro creo que le puede poder la presión y las entradas de Koi e Iraola. Él sí que se podría amilanar en un escenario como ése si entrase de inicio. Es por esto por lo que creo que si deben jugar lo deben hacer como revulsivos cuando la zaga rojibanca esté agotada, dándole la puntilla a un equipo que luchará hasta el último momento. Además, veo más capacitados a cualquiera de los dos canteranos anteriormente nombrados para la figura de revulsivo que a Henry. El francés debe entrar de inicio.

Ésta es mi propuesta.