Pablo Orleans | Esta noche a las 22.00 horas (en GolTV y CANAL+ Liga) se van a enfrentar dos equipos antagónicos como lo son un Ferrari y un SEAT 600. Antagónicos como un hombre y una mujer en todos sus sentidos. Antagónicos como un recién licenciado en Periodismo y el galardonado con un Pulitzer en EE.UU.
Así están siendo las andaduras de catalanes y andaluces. Los primeros, líderes de la Liga BBVA, pentacampeones mundiales, admirados en todo el mundo, con seguidores en cualquier rincón del planeta y con una proyección de futuro muy esperanzadora son, en la actualidad, el conjunto que mejor fútbol realiza del globo terráqueo y del fútbol mundial. Los colores azul y grana, organizados en líneas verticales, imperados por un escudo histórico plagado de gloria, son de los más admirados en el balompié actual y uno de los uniformes más temidos por los equipos rivales.
El Xerez por su parte, parece ese SEAT 600 que va lleno de gente. Último en la tabla doméstica y con uno de los balances más pobres que se puede imaginar, el equipo gaditano intentará, con el apoyo de su afición y en su feudo, conseguir una victoria que, tras el varapalo que recibió el Madrid en Alcorcón, parece mucho menos complicado.
A pesar del miedo que transmite el conjunto que dirige Guardiola con su precisión milimétrica y su incisivo diente goleador, hay conjuntos que, a la hora de un enfrentamiento 'de igual a igual', no tienen nada que perder y se muestran, ante el rival, como un equipo valiente que se postula como uno de los grandes candidatos para dar la campanada. De este modo, el Xerez puede ser un grano en el culo (en el buen sentido de la expresión) para un Barça que necesita de los tres puntos para escaparse de los blancos de la Capital y para meterles presión de cara a la próxima jornada donde se medirán al Real Zaragoza, otro lobo con piel de cordero, muy necesitado de puntos.
Así, esta noche, el Barça no debe confiarse. No debe mirar al rival con superioridad y no debe creer que ya lo tiene ganado. Hay que jugar como si fuese una final, ya que es aquí, y no en casa, donde se ganan ligas y grandes campeonatos.
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