Pablo Orleans | Segunda jornada de Champions y el Barça ya encabeza el grupo F con 4 puntos en su haber. Anoche, la victoria por 2-0 ante el Dinamo de Kiev y el empate entre Rubin Kazan e Inter de Milán (1-1), hizo que el equipo que dirige Pep Guardiola lidere en solitario la tabla del grupo de los campeones.
Está claro que este grupo va a ser bastante complicado. Dos equipos grandes e históricos de Europa como Barça e Inter, un equipo histórico de la Europa del este y una revelación en la fría Rusia como es el Rubin Kazan, va a hacer que la clasificación para los octavos de final de la Champions, la verdadera Champions, se vaya a poner muy cara hasta para el actual campeón de Europa. Jugar en pleno diciembre, en la antigua Unión Soviética con varios grados bajo cero, con un césped duro como una roca, pelado como un campo de tierra y contra un equipo acostumbrado a jugar (y ganar) en esas condiciones hace que las posibilidades de estar entre los 16 afortunados de los octavos de final sea -cada año más- una odisea hasta para el conjunto más experimentado (véase el Real Madrid de las útlimas temporadas)
El partido de ayer entre Barça y Dinamo de Kiev lo disfruté en dos tomos. El primero, subido a un autobús marca Alosa y disfrutando de los comentarios de los compañeros de la Cadena SER y su Carrusel Deportivo. El segundo, en mi casa, delante de la televisión.
El primer tomo, que coincidió con la primera mitad del encuentro, lo sentí a través de mis oídos como una parte en la que el Barça dominó y tuvo numerosas ocasiones. Primero Messi, luego Ibra, después Iniesta, más tarde de nuevo Messi y...goooooooooooooool!! Oliveros cantaba el primer gol del encuentro y yo, desde el autobús y pegado al auricular del amigo y compañero de blog Miguel Salazar (Mikis), pegué un saltito en mi asiento y celebré el gol de una manera mucho más moderada de lo que me hubiese gustado...C'est la vie.
Acabó el primer tiempo y yo bajé del autobúa al mismo tiempo. Llegué a casa y me preparé para una segunda parte que ansiaba. Tenía mono de fútbol (y eso que el último fútbol que vi fue el domingo...) y el Barça no me defraudó. Ni el Barça ni el partido, porque el Dinamo de Kiev jugó muy bien y tuteó por momentos al equipo blaugrana. Si siguen así, y juegan la baza del factor clima, son unos firmes candidatos a aparecer en el cuadro eliminatorio de los octavos.
Después, la entrada de Pedro (por un Iniesta que va cogiendo poco a poco la forma y el ritmo) refrescó el ataque blaugrana demostrando que él también merece un puesto en ese privilegioso tridente atacante. Con un gran gol, Pedro, nuestro Pedrito, puso la firma del propio Guardiola, de un entrenador que apuesta por jóvenes que, con esfuerzo y continuidad, hacen de un equipo bueno, un bloque casi invencible.
Así me quedé yo en casa. Contento, feliz y de nuevo líder. Porque yo no soy catalán, pero adoro al Barça señor Laporta, mucho más que usted.
Imagen: As.com